Te vi cuando te ibas después de tus labores.
Fue por primera vez, que mis ojos te vieron
con tu pollera pobre
y tu broche gastado sujetando tu pelo.
Tus zapatitos viejos, cartera regalada
con dos o tres inviernos...
Salías de la casa esa que no es tu casa
donde haces relumbrar
los vidrios los espejos y los brillosos pisos
que reflejan sus dueños...

Vos solo sos la dueña del trapeador y el balde.
Sos joven todavía... Pero te vi tan triste
salir desconcertada, sin saber los porque
y entonces me consuela pensar que al menos tenés sueldo.


Volvías a tu casa donde también te espera
trabajo en la cocina lavar los trastos viejos
que alguien te regala con todo su respeto...

Mujeres que nacieron para atender la casa
a veces quedan solas, y a veces no tan solas
con sus hijos pequeños...

Entonces lavan pisos y vidrios de ventanas
la ropa y todo eso, en casas de los otros
y se van conformando pensando con tristeza
que al menos tienen sueldo...

Pero hoy te vi tan triste
cuando ibas a tu casa,
acaso si la tienes y eso es lo que espero
naciendo mi pregunta
si nos hemos cruzado algu na que otra tarde
cuando te vas tan triste, cuando vas de regreso a realidad que ignoro
tan lejos de algún beso...

Levanta tu mirada no mires hacia atrás
que la mujer de Lot no sobrevive a eso,
Creada eres por Dios y sin perder la fe
tu vida es dignidad, valor ¡Y mas que eso!

Oleo Cluadia Arredondo Pavez,PROPORCIONADO POR LA POETA.